ALCOHOLISMO
ALCOHOLISMO
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Cumpleaños, bodas, bautizos, eventos deportivos, fiestas patrias, navidad, días de pago, viernes sociales, invitaciones, conservar
a
los amigos, halagarlos, demostrar quienes somos, angustia, timidez, inseguridad, depresión, inmadurez emocional y social, inadaptabilidad al medio ambiente, complejo de inferioridad, preocupaciones, decepciones laborales, amorosas o familiares, pérdida de un ser querido, divorcio, desorganización familiar, incomprensión de los padres, problemas económicos, ignorancia de los efectos, falta de oportunidades de ocupación, publicidad errónea, predisposición al alcoholismo y muchos, muchos pretextos más, son utilizados para consumir bebidas alcohólicas.
Y es que este llamado “néctar de los dioses”, acompaña todo tipo de evento como si fuera el invitado especial y pocas veces reflexionamos sobre la cantidad, frecuencia y los efectos que en
cada
uno tiene el ingerir alcohol, porque pasados sus efectos, que por cierto son muy desagradables) pareciera ser que quedaron olvidados para la próxima vez, cuando hay una próxima vez.
Cada
año, miles de personas mueren en
México
y en el mundo, por enfermedades causas o relacionadas directamente con el alcohol, cerca del 75% de los accidentes viales están relacionados con su consumo y trastornos sicológicos, muertes violentas y suicidios completan la lista de las personas afectadas por esta adicción.
El alcoholismo ocasiona daños en todos los ámbitos de la vida, familiar, social, laboral o escolar, fundamentalmente por el ausentismo, baja productividad o por la violencia que generan sus efectos, lo que obviamente repercute de forma negativa en las relaciones interpersonales.
El alcohol es uno de los factores que está presente en alrededor del 80% de los divorcios y desavenencias familiares, que afectan enormemente la calidad de vida y el desarrollo de los hijos
e
hijas.
Las pérdidas económicas que ocasiona el alcoholismo son enormes, por la productividad perdida, los gastos en los tratamientos y la rehabilitación de los adictos, por el desperdicio de dinero en los hogares y las deudas contraídas.
El alcoholismo es una enfermedad crónica que se caracteriza por el consumo incontrolado, frecuente y prolongado de bebidas alcohólicas, que lo mismo vienen en forma de
cerveza
, licores, vinos de mesa y otros destilados y si bien el tipo de bebida que se ingiere varía de una clase social
a
otra, todas tienen los mismos efectos en el organismo, en el sistema nervioso y en la calidad de vida, cuando se consumen de forma adictiva.
El alcohol está considerado como una droga por los cambios que genera en el organismo, tanto físicos como mentales y sobre todo porque su consumo genera dependencia y tolerancia.
Dependencia, porque una persona alcohólica no puede vivir sin el líquido y puede ser física o psicológica y tolerancia, porque el organismo va solicitando
cada
vez más cantidad para que la persona sienta los mismos efectos que cuando se inicia su consumo.
Los patrones de abuso del alcohol varían. Algunas personas toman diariamente, otras solamente los fines de semana y algunos no beben durante varios periodos,
pero
cuando lo hacen pueden dedicarse
a
beber por semanas o meses.