INTOXICACIONES
INTOXICACIONES
Información restringida.
Intoxicaciones.
El contacto de una sustancia potencialmente dañina con nuestro organismo produce una intoxicación.
Puede penetrar por ingestión (comiéndola) por inhalación (respirándola) por contacto (
a
través de la piel) o por inyección (jeringas, mordeduras, picaduras o pinchazos)
Complicaciones.
Puede provocar la muerte.
El resto de complicaciones depende del tipo de producto y el tiempo que ha tenido para ser absorbido.
Pronóstico.
Actuando
a
tiempo suele ser bueno.
Diagnóstico y tratamiento.
En caso de que se sufra una intoxicación debemos tener
a
mano el teléfono del Servicio de Información Toxicológica (Madrid)
91. 562. 04. 20.
en donde personal cualificado nos orientará sobre las medidas
a
aplicar.
Antes de emprender cualquier tipo de acción, llame
a
este teléfono. Trate de averiguar la sustancia que ha tomado y en qué cantidad. Mire alrededor, si está inconsciente puede haber algo que le oriente.
Medidas Generales.
Como normas generales de actuación INMEDIATA, mientras alguien contacta con el citado Servicio de Información Toxicológica:
Si el producto entra en contacto con los ojos o la piel, lávelo con agua abundante durante al menos 10 minutos. No use jabón, puede facilitar la absorción de determinados tóxicos.
Si han sido
ácidos
retire además la ropa empapada y al lavar no frote. Si ha sido por inhalación de gases, póngalo
a
respirar al aire fresco. Si la habitación todavía tiene el gas, tápese primero la nariz y boca con un pañuelo húmedo.
Si ha sido por ingestión, lave con agua los labios, la boca y la
lengua
. Si han sido medicamentos, provóquele el vómito (en otros casos puede no ser conveniente)
El resto de medidas depende en gran parte del producto ingerido: así, con detergentes y suavizantes administre 1 cucharada de
aceite
vegetal y una dieta
rica
en líquidos preferentemente leche.
En caso de lejías, agua fuerte o amoníaco, no provoque nunca el vómito ya que si la sustancia ha quemado al bajar volverá
a
hacerlo al subir. Adminístrele agua, leche o un vaso de agua con 2 claras de huevo batidas y procure que lo beba
a
sorbos.
Prevención.
Debemos convertir nuestros hogares en lugares seguros; para ello, basta con acostumbrarnos
a
unas sencillas normas para usar y guardar estos productos, además de las ya mencionadas:
Lea atentamente y respete las instrucciones de uso o precaución impresas en el envase, o cualquier otra información adicional (folletos de instrucciones, proporcionada por el fabricante.
No cambie los productos de su envase original.
Si tiene que preparar un producto, no use botellas de bebida, ni envases de alimentos.
No mezcle productos de limpieza, ya que pueden desprender gases. Si tiene que traspasar un producto peligroso no lo haga delante de los niños y procure protegerse y manipularlos
siempre
en un lugar bien aireado.
No los guarda mezclados con productos alimenticios.
No deje las medicinas en cualquier parte una vez empleadas, ni en los cajones de las mesitas de noche.
Factores de riesgo.
Principalmente, la tenencia de productos peligrosos en el hogar.
Su número debe restringirse al mínimo imprescindible, substituyéndose cuando sea factible por otros menos tóxicos (
P
. ej. el amoniaco por otros desengrasantes que no desprendan vapores,
En el trabajo, deben respetarse las indicaciones del fabricante, que deben estudiarse y conocerse antes de emplear ningún producto, venga etiquetado como tóxico o no.
Los productos peligrosos en envases atrayentes y sin tapones de seguridad.
Signos y síntomas.
Muy variables, según el tóxico y la vía de administración.
Generalizando, la mayoría producen irritación en el lugar por donde han entrado en el cuerpo:
así aquellos ingeridos producen molestias en la boca, garganta y estómago;
los inhalados, tos, picor y dolor de garganta y en el pecho, falta de aire;
los contactados, enrojecimiento, picor y dolor en la zona del cuerpo por donde han entrado,
Causas.
Descontando las contadas ocasiones en las que la intoxicación se produce de manera voluntaria, con intenciones suicidas, generalmente tiene lugar de forma accidental en el hogar o el trabajo.
Los niños son los que las sufren con más frecuencia, ya unen su inconsciencia ante el peligro con su curiosidad natural, aunque generalmente sea culpa nuestra, por dejar
a
su alcance todo un arsenal de productos potencialmente peligrosos; las medicinas en un cajón
a
su alcance; los productos de limpieza en los bajos de la cocina;
e
incluso los más precavidos, que guardan celosamente estos productos bajo llave, luego dejan un recipiente con ropa
a
remojo en lejía al alcance de los niños.
Si
a
esto le sumamos que muchos productos de limpieza se presentan en envases atractivos, resulta que casi un 70% de las intoxicaciones se producen en niños menores de 14 años.
A
pesar de ello, la mayoría de las intoxicaciones no revisten gravedad y un 75% de las ingestiones de productos tóxicos no dejan secuelas si se actúa adecuadamente.