ARTRITIS INFECCIOSA (ARTRITIS SÉPTICA)
ARTRITIS INFECCIOSA (ARTRITIS SÉPTICA)
Información restringida.
Artritis infecciosa (Artritis séptica)
Inflamación de una articulación motivada por una infección.
Puede afectar
a
cualquier articulación, sobre todo las más grandes, como la cadera, o las expuestas
a
traumatismos como en la rodilla o en las manos.
Complicaciones.
Error de diagnóstico como gota
u
otra afección no infecciosa, que retrase el tratamiento con antibióticos.
Septicemia (paso de la infección
a
la
sangre
)
Daño permanente
a
la articulación.
Pronóstico.
Suele curar con diagnóstico precoz y tratamiento.
La recuperación tarda semanas o meses.
Un retraso en el tratamiento puede provocar daños graves en la articulación y pérdida del movimiento, que requiera la sustitución de la articulación.
Causas.
Invasión de la articulación por gérmenes, generalmente bacterias (estreptococos, estafilococos, gonococos, bacilos hemófilos o tubérculos)
u
hongos.
Los gérmenes se introducen:
A
través de la
sangre
, como en la gonorrea o la tuberculosis.
Por proximidad desde infecciones cerca de la articulación como furúnculos, celulitis o infección en algún hueso.
Por inoculación directa,
a
través de lesiones en la articulación incluyendo heridas perforadas y abrasiones cutáneas.
Signos y síntomas.
Escalofríos y fiebre (
a
veces alta)
Enrojecimiento, tumefacción, sensibilidad y dolor (
a
menudo
pulsátil
) en la articulación afectada.
El dolor puede extenderse
a
otras articulaciones.
Se agudiza con los movimientos.
Dolor en las nalgas, muslos o ingles (
a
veces)
Factores de riesgo.
Adultos de más de 60 años.
Enfermedad que reduzca las resistencias.
Infecciones de transmisión sexual.
Diabetes mellitus.
Artritis reumatoide.
Uso de drogas inmunosupresoras.
Cirugía en alguna articulación.
Inyecciones en las articulaciones.
Consumo excesivo de alcohol.
Numerosas parejas sexuales.
Uso de drogas que alteren la mente, especialmente las inyectadas.
Falta de higiene.
Prevención.
Proteja las articulaciones susceptibles, como la rodilla, durante las actividades que impliquen peligro de lesión.
Busque rápidamente tratamiento para cualquier infección.
El uso de aspirina y otras drogas intiinflamatorias no esteroides para otras dolencias podría camuflar los signos de una inflamación articular y demorar el diagnóstico.
Diagnóstico y tratamiento.
Diagnóstico.
Historial y reconocimiento físico por un médico.
Análisis de
sangre
, cultivo de
sangre
y cultivo del líquido extraído de la articulación infectada.
Rayos X de las articulaciones afectadas.
Tratamiento.
Medidas generales.
Los pilares básicos del tratamiento son:
Hospitalización (frecuentemente) para reposo total y administración de antibióticos por vía intravenosa.
Cirugía para drenar el líquido o extraer el elemento causante de la infección.
Terapia física después de la recuperación para recobrar el uso pleno de la articulación infectada.
Medicación.
Su médico puede recetar:
Antibióticos (
a
menudo intravenosos)
No interrumpa los antibióticos sin consultar
a
su médico.
La infección puede volver
a
presentarse después de que hayan desaparecido los síntomas.
Codeína o narcóticos por períodos cortos, para aliviar el dolor.
Actividad.
A
veces son necesarias férulas o escayolas para inmovilizar la articulación afectada.
El movimiento retrasa la curación.
Después, la fisioterapia puede ser necesaria para restaurar las funciones de la articulación.
Vuelva gradualmente
a
sus actividades normales según vayan mejorando los síntomas.
Dieta.
No se requiere ninguna en especial.
Llame al médico si.
Ocurre lo siguiente durante la enfermedad:
La temperatura sube
a
39, 4º.
Fatiga, dolor de
cabeza
, dolores musculares y sudores.
Aparecen síntomas nuevos inexplicables. Las drogas usadas en el tratamiento pueden producir efectos secundarios.