DEDOS DE MARTILLO
DEDOS DE MARTILLO
Información restringida.
Los dedos de martillo también conocidos como dedos en garra o dedos en mazo, son una deformidad en la que uno o más dedos del pie se flexionan y encorvan adquiriendo la apariencia de una garra.
Este problema casi
siempre
afecta al segundo dedo, aunque también pueden verse afectados otros, con lo que los más pequeños se doblan y aprietan entre sí provocando graves problemas al caminar y colores continuos y muy molestos.
Debido
a
la curvatura del dedo, es común que aparezca un ojo de pescado en la parte prominente de la flexión, que ocasiona intenso dolor al presionar el nervio, lo que sucede con el uso de cualquier zapato.
Este problema puede empezar desde la infancia y puede ser provocado por alguna anormalidad hereditaria en la alineación de los huesos del metatarso y el alargamiento excesivo de la articulación.
Sin embargo, también puede aparecer en la edad adulta y es provocado casi
siempre
porque el calzado no ajusta de manera correcta. Este problema es más frecuente en personas que utilizan tacones altos, ya que el peso se distribuye de forma irregular entre los dedos.
El dedo de martillo también puede presentarse como consecuencia del deterioro muscular y nervioso que ocurre por ejemplo en casos de diabetes, accidentes cerebrovasculares, trastornos neurológicos como la ataxia de Friedreich, por el acortamiento del talón de Aquiles o por una debilidad del músculo tibial anterior, cuyos tendones cruzan el dorso del pie. En muchos casos, este problema se asocia con callos, ojos de pescado, artritis y obesidad.
Este problema que se reconoce fácilmente, puede ser tratado principalmente utilizando el zapato correcto y con medicamentos inyectados como lidocaína o cortisona en algunos casos. El uso de plantillas especiales de plástico o metal diseñadas para
cada
persona alivian la presión de los dedos así como los parches o cojines de espuma de látex, fustán o piel de cordero.
En ocasiones es necesaria una cirugía, que se realiza en el consultorio médico y con anestesia local. Este procedimiento se lleva
a
cabo para cortar los tendones y liberar el tejido blando al relajar el dedo. Cuando los tendones cicatrizan los extremos vuelven
a
unirse y se alargan, lo que permite que realicen su función de estirar y contraer el dedo de forma normal. Solamente en casos muy extremos se puede extirpar un fragmento de hueso del metatarso,
pero
en todo caso, es importante que esta cirugía la realice un médico que tenga experiencia en este tipo de casos.
Para prevenir los dedos de martillo, es recomendable:
Utilizar zapatos que ajusten bien y tener en cuenta que los pies crecen con la edad, por lo que hay que cambiarlos en cuanto se sienta que aprietan un poco.
Comprar zapatos durante la tarde, cuando los pies están un poco hinchados por el trabajo durante la mañana.
Evitar el uso de tacones altos y puntiagudos todos los días.
Caminar descalzos el mayor tiempo posible.
Usar zapatos con correas en caso de padecer dedos de martillo, para no presionar más de lo debido.
IMPORTANTE El contenido de esta nota es informativo y no suple el diagnóstico médico, por lo que no nos hacemos responsables por su uso.