TUMORES CEREBRALES
TUMORES CEREBRALES
Información restringida.
No se conoce bien cuál es su origen,
pero
entre algunos factores identificados pueden estar.
La genética, que es un factor muy importante ya que en la mayoría de los tumores cerebrales se han encontrado anomalías en los genes y cromozonas que participan en el ciclo celular, lo que hace que crezcan de manera descontrolada.
La relación con sustancias cancerígenas, provenientes del tabaco, elementos ambientales como el asbesto o las radiaciones.
El
cáncer
en otras partes del cuerpo que ocasiona metástasis de los tumores, es decir que emigran al cerebro. Entre los más peligrosos están en
cáncer
de
pulmón
o de mama.
Por la acción de ciertas hormonas.
Por padecer ciertas enfermedades genéticas como neurofibromatosis, enfemedad de Von piel: lINdau, Síndrome de Li. Fraumeni y Retinoblastoma entre otras.
Antecedentes familiares de padres o hermanos con tumores familiares, lo que los hace predisponentes
a
desarrollarlos.
Los hijos de padres que han estado expuestos
a
ciertas sustancias cancerígenas, como los trabajadores de refinerías de petróleo, fábricas de caucho y ciertos químicos, sin que se
haya
podido identificar la sustancia específica.
El haber recibido radiaciones en el cerebro para control de otros tumores, aumenta el riesgo del desarrollo de nuevos.
Por la presencia de ciertos virus.
Los tumores cerebrales son desafortunadamente frecuentes sobre todo en la población infantil, en donde constituyen el segundo tipo de
cáncer
infantil después de las leucemias y el aumento de casos va en crecimiento. El tipo de tumor en estos casos es muy diferente al que se desarrolla en los adultos.
Se pueden presentar en personas de ambos sexos y durante la vida adulta son más frecuentes después de los 45 años y pueden ser benignos o malignos y aunque la diferencia radica en que los últimos desarrollan
cáncer
cerebral, ambos son peligrosos porque llegan
a
dañar funciones muy importantes del cuerpo, según la zona afectada.
Los tumores benignos, no contienen células cancerosas y al extirparlos no vuelven
a
parecer. Estos tienen los bordes bien delimitados por lo que no invaden el tejido sano que los rodea,
pero
pueden presentar síntomas similares
a
los de los tumores cancerosos, por su ubicación, tamaño y presión que ejercen en la zona dañada, lo que los hace muy peligrosos también.
Los tumores malignos, contienen células cancerosas y crecen rápidamente invadiendo los tejidos que los rodean y afectando muchas funciones corporales. No suelen diseminarse
a
otras partes del cuerpo,
pero
pueden reaparecer aún después de ser extirpados y de recibir tratamiento.
IMPORTANTE:
El contenido de esta nota es informativo y no suple el diagnóstico médico, por lo que no nos hacemos responsables sobre su uso.