DISFUNCIONES SEXUALES FEMENINAS
DISFUNCIONES SEXUALES FEMENINAS
Información restringida.
No tengo ganas, no quiero hoy, no me gusta, me molesta… Estos y otros comentarios desafortunadamente son expresados por miles de mujeres, quienes por diversos motivos no gozan sus relaciones sexuales.
Para considerar que un problema se convierte en una disfunción sexual se necesita que sea:
De naturaleza erótica, es decir que se relacione con el deseo, la excitación y / el orgasmo.
Que sea indeseable por parte de la mujer.
Que sea recurrente y persistente el problema, ya que eventualmente por muchos motivos se puede perder la predisposición al goce sexual y
a
las relaciones.
Que se presentan síntomas orgánicos, emocionales, psicológicos combinados.
El origen de las disfunciones sexuales femeninas puede ser orgánico, sobre todo cuando se presentan adicionalmente problemas de tiroides, hormonales, diabetes, hipertensión o colesterol elevado.
Pero
también psicológico cuando hay problemas de depresión, ansiedad, personalidad, abuso sexual y con un gran peso también está el factor educativo y cultural, ya que en muchos lugares se sigue pensando que la mujer no tiene derecho al disfrute sexual y quien lo hace, pone en duda su moralidad, por lo que muchas mujeres, sienten culpa, vergüenza, ignorancia y temor.
Una disfunción sexual en general tiene su origen en varios factores al mismo tiempo, por lo que identificar bien las causas es fundamental para dar el tratamiento adecuado para que todas las mujeres comprendan y hagan valer sus derechos sexuales, ya que son parte de su desarrollo y salud integral, afectan la relación y vida en pareja
e
incluso pueden llegar
a
ser motivo de fuertes depresiones y problemas conyugales y familiares diversos.
Hay principalmente cuatro tipos de disfunciones sexuales femeninas: las del deseo, las de la excitación, las del orgasmo y otras que combinan y afectan de forma de general la expresión de la sexualidad.
Pueden presentarse desde el inicio de la vida sexual, por lo que se llaman primarias, o pueden aparecer después de que una persona ha vivido normalmente su sexualidad y de pronto tiene problemas en alguno o varios de los aspectos mencionados, por lo que son llamadas secundarias.
Las disfunciones sexuales femeninas, se pueden clasificar por su origen en:
Disfunciones o trastorno del deseo, entre las que están el deseo sexual hipoactivo, el deseo sexual hiperactivo o los trastornos por aversión al sexo.
Disfunciones o trastornos de la excitación.
Disfunciones o trastornos del orgasmo, como la anorgasmia femenina.
Disfunciones sexuales por dolor, como la dispareunia o el vaginismo.
Disfunciones sexuales debidas
a
enfermedades, producidas por medicamentos, uso o consumo de drogas.
Disfunciones sexuales psicológicas.
Las disfunciones sexuales impiden y dañan la vida sexual, social y de pareja. Pueden presentarse de forma global, ya sea cuando la misma mujer toca su cuerpo o cuando lo hace su pareja; de forma parcial cuando los problemas se generan con la pareja,
pero
de manera individual sí se logra tener placer o de forma selectiva, cuando los problemas surgen solamente con alguna persona, siendo muy diferente el comportamiento, las actitudes y los efectos con otra persona.