NEUMONÍA POR LEGIONELA



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NEUMONÍA POR LEGIONELA
Información restringida.
Neumonía por Legionela.

Es una infección del pulmón causada por una bacteria llamada Legionela Pneumófila.

Se denominó así en 1976 tras una epidemia que afectó a 182 personas que asistían a una convención de la Legión Americana.

Constituye entre un 1 y un 8% del total de todas las pneumonías.

Causas.

Infección bacteriana entre personas y fuentes contaminadas.

La Legionella pneumófila se reproduce en circunstancias de humedad muy elevada y es resistente a los desinfectantes comunes a las dosis normales, por ello un foco habitual de infección lo constituyen las torres de refrigeración de grandes edificios.

El germen se transmite a través del aire y el período de incubación es de 2 a 10 días tras la etapa de exposición.

Signos y síntomas.

Malestar general.

Dolor de cabeza.

Escalofríos y fiebre de hasta 40°C.

Dolor muscular.

Tos con esputo progresivo de color grisáceo llegando a ser incluso sanguinolento.

Náuseas, vómitos, diarrea, pérdida del apetito.

Alteración del estado mental con confusión y letargo o delirio.

Pérdida de peso.

Factores de riesgo.

Edad avanzada.

Enfermedades crónicas debilitadoras incluyendo la.

diabetes,

fallo nefrítico crónico o.

el enfisema.

Tabaquismo.

Consumo excesivo de alcohol.

Uso de medicamentos inmuno - supresivos, incluyendo la.

cortisona y.

la medicación anti - cáncer.

Enfermedades que producen inmunosupresión, como.

el S. I. D. A.

leucemias y.

linfomas.

Prevención.

Mantenga los sistemas de calefacción y aire acondicionado limpios y realice inspecciones regulares.

No fume.

No tome más de 1 ó 2 bebidas alcohólicas como máximo al día.

Diagnóstico y tratamiento.

Las pruebas de diagnóstico incluirán:

Análisis de sangre,

rayos X,

cultivos de esputo y.

broncoscopia (introducción de un tubo flexible por la boca hasta los pulmones, para la visualización y toma de muestras)

El tratamiento requiere antibióticos y cuidados de apoyo.

En los casos de gravedad, se requiere la hospitalización para cuidados intensivos y administración de oxígeno.

Las siguientes directrices serán de aplicación para los casos leves o para los cuidados tras la hospitalización:

Medidas Generales.

Utilice un humidificador ultrasónico de vapor frío para incrementar la humedad del aire y facilitar la expulsión de las secreciones pulmonares mediante la tos.

Limpie el humidificador diariamente.

Utilice compresas calientes o una manta eléctrica para el pecho con el fin de aliviar el dolor.

Podrá tomar aspirina o paracetamol para bajar la fiebre.

Medicación.

Antibióticos durante un período de tres semanas.

Asegúrese de completar toda la medicación prescrita.

Si toser le resulta doloroso y no produce esputo, su médico le recomendará el uso de medicamentos para eliminarla.

En líneas generales, no utilice supresivos de la tos cuando ésta produzca esputo.

Actividad.

Realice ejercicios de respiración profunda con tanta frecuencia como sus fuerzas se lo permitan.

Dieta.

Tome muchos líqudos, ayudarán a la producción y expulsión del esputo.

Complicaciones.

Shock o delirio.

Fallo cardíaco congestivo.

Fallo nefrítico.

Alteraciones en el ritmo cardíaco.

Infección incontenible y muerte.

Pronóstico.

Normalmente curable con diagnóstico inmediato y tratamiento.

En caso de no ser tratada, resulta fatal en un 15% de los casos.