ALHARMA
alharma peganum harmala
ALHARMA
alharma peganum harmala
La
alharma
es una
planta
herbácea perteneciente
a
la familia de las zigofiláceas. Es una
planta
muy ramificada, con las ramas ligeramente en zigzag, muy poblada de hojas y toda ella lampiña. Las flores salen de una en una, están sostenidas por cortos cabillos, con un cáliz de cinco sépalos muy angostos, lineares, y algunos
dientes
a
cada
lado. El fruto es una cápsula globulosa un poco deprimida que se abre por tres valvas, con
semillas
angulosas. Las hojas poseen un sabor herbáceo. Se cría en lugares incultos, ribazos y escombreras, generalmente en los páramos de la España seca, desde la cuenca del Ebro hasta la meseta central y
Andalucía
.
La
alharma
florece
a
partir del mes de abril en el sur del país y algo más tarde en la cuenca del Ebro y en el centro de España. Esta floración se suele prolongar durante todo el verano. De la recolección con fines medicinales interesan exclusivamente las
semillas
, que se recogen
a
finales del verano y se guardan en recipientes herméticos para evitar que se degraden los principios activos contenidos en ellas.
En las
semillas
de la
alharma
, localizadas principalmente en la
cáscara
, se hallan tres alcaloides llamados harmina, harmalol y harmalina. Algunos autores hablan de un cuarto alcaloide, hallado durante el proceso de extracción de los tres anteriores, llamado peganina, que es estructuralmente idéntico al encontrado en otras plantas de familias distintas. Desde tiempos inmemoriales - sobre todo en parte de muchos pueblos árabes - las
semillas
de
alharma
se han empleado bajo diversas formas para procurarse una fugaz embriaguez. Se cuenta en numerosos libros que estas
semillas
se empleaban para conseguir un estado de suma
alegría
y euforia, siendo usadas por todo tipo de magos, curanderos y chamanes para ensalzar el espíritu. Esto nos da prueba de las virtudes de esta
planta
, siendo la excitación su propiedad más notable.
Pero
cuando se trata de cualquier droga no hay que olvidar la posibilidad de que se presenten efectos secundarios, que pueden resultar sumamente peligrosos si la cantidad ingerida es superior
a
la permitida. Esto no es difícil si tenemos en cuenta que las
semillas
pueden ser más o menos ricas en principios activos y que en algunos casos un puñado de
semillas
puede llevar cantidad de droga suficiente para matar
a
un individuo. Por tanto, su empleo debe estar
siempre
sujeto
a
prescripción médica. Las
semillas
no se deben utilizar nunca de forma casera, ya que la diferencia entre la dosis
activa
y la dosis tóxica es muy pequeña. En el caso de que sean prescritas por un facultativo, este será el encargado de establecer la dosis
a
usar.
Excitante. Emenagogo. Tóxico.