PALMITO DE SIERRA
sabalserenoa repens bartram.
PALMITO DE SIERRA
sabalserenoa repens bartram.
Otros Nombres:
Palmerita
,
Palmito de Sierra
,
Serenoa
.
Los frutos de esta pequeña palmera
americana
son unos datilillos que se consumen desde antaño en Florida, Georgia, Luisiana y otros estados del sudeste de Norteamérica. Parece ser que los antiguos pobladores indígenas ya conocían sus propiedades medicinales,
e
incluso los usaban como afrodisíacos. Recientemente se han descubierto en ellos principios activos muy interesantes, y actualmente entran en la composición de varios preparados farmacéuticos.
Hábitat:
dunas arenosas y regiones costeras del sudeste de los Estados Unidos, principalmente en Florida. También se encuentra en algunas regiones de Centroamérica.
Descripción:
palmera de unos 3 metros de altura, de la familia de las Palmáceas, con flores de color marfil. Sus frutos son unas drupas de unos 2 cms. de longitud, que cuando maduran adquieren color pardo o negruzco, con la piel arrugada.
Partes utilizadas:
los frutos maduros.
Propiedades
e
indicaciones: el extracto lipídico que se obtiene de los frutos, tras disolución en un medio graso, contiene diversos fitosteroles, especialmente el beta - sitosterol; un alcohol triterpénico (cicloartenol) y alcoholes
grasos
alifáticos de alto peso molecular; todos ellos de acción antiinflamatoria sobre la próstata. Su mecanismo de acción de tipo hormonal, impide la proliferación de los andrógenos sobre el tejido prostático.
Próstata:
el uso del
sabal
resulta muy útil en caso de hipertrofia o de adenoma de próstata.
Detiene
el crecimiento de la glándula y reduce notablemente las molestias urinarias propias del síndrome prostático: disuria (dificultad para orinar) polaquiuria (necesidad de orinar muchas veces) y tenesmo vesical (sensación permanente de deseo de orinar) También está indicado en caso de prostatitis, tanto agudas como crónicas.
Diurético:
además de sus propiedades antiprostáticas esta
planta
favorece de forma suave la diuresis. Es ligeramente pectoral.
Uso:
los frutos frescos maduros se pueden consumir de 50
a
100 gramos al día. De frutos cocidos se toman de 50
a
100 gramos diarios. También en extractos que forman parte de la composición de diversos preparados farmacéuticos.