ZANAHORIA



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ZANAHORIA
Se dice de los conejos que deben su buena vista a las zanahorias que comen. Y algo hay de razón en ello, pues la zanahoria estimula la producción de vitamina A, necesaria para una correcta visión.

Es conocida la importancia vitamínica de la zanahoria y los efectos positivos de sus carotenos, ya que favorecen la agudeza visual y la visión nocturna. En sopa, guisada, fresca o en batido no tiene que faltar en ninguna mesa.

Como el perejil, la zanahoria es una de esas plantas que nunca deben faltar en la cocina; no es sino la raíz de una planta que lleva su mismo nombre, aunque en algunos lugares también se conoce como pastinaca.

Parte Utilizada: La raíz y las semillas.

Localización: Hay una variedad silvestre que aparece espontáneamente en los campos no cultivados, junto a los caminos, o en campos abandonado, la variedad que se usa para cocinar es exclusivamente cultivada.

Principios activos: Las hojas contienen alcaloides, pero la importancia de la zanahoria se debe a la raíz carnosa, rica en multitud de nutrientes, entre los que cabría destacar las vitaminas B, C y en mayor cantidad, lo que se denomina pro - vitamina A, una sustancia que estimula la producción de vitamina A. Posee también carotina, un compuesto que le da su característico color anaranjado.

Recolección: Hay que esperar hasta el segundo año, a finales del verano, cuando la raíz alcanza su máximo desarrollo. En climas templados se obtienen cosechas a lo largo de todo el año.

Acción Farmacológica.

Raíz: Remineralizante, diurética, vitamínica, astringente, antidiarreica, demulcente, hipoglucemiante, cicatrizante.

Semillas: Aperitivas, carminativas, diuréticas, galactógenas.

Indicaciones.

Astenia, convalecencia, diarrea, gastritis, úlceras gastroduodenales, reumatismo, gota, lactancia, hemeralopia, miopía progresiva, retinopatías, envejecimiento cutáneo, dishidrosis, ictiosis, soriasis, diabetes. Es diurética y repone la falta de vitaminas y estimula el apetito.

En uso externo: eczemas, quemaduras, ulceraciones dérmicas, forúnculos, sabañones.

Precaución / Intoxicaciones.

Su uso como diurético en presencia de hipertensión, cardiopatías o insuficiencia renal moderada o grave, sólo debe hacerse por prescripción y bajo control médico, ante el peligro que puede suponer el aporte incontrolado de líquidos, la posibilidad de que se produzca una descompensación tensional o, si la eliminación de potasio es considerable, una potenciación del efecto de los cardiotónicos.

Usos: Al hervir la zanahorias y el arroz se consigue un caldo que es el remedio que utilizaban nuestras abuelas contra la diarrea, y sigue siendo un muy buen método para contenerlas. Las infusiones o te de raíz o de frutos son prácticas como diuréticas. Para aprovechar las vitaminas, y como estimulante del apetito debe comerse cruda o en ensalada.

Formas Galénicas / Posología.

Uso interno:

Infusión (semillas) Una cucharadita de café por taza. Infundir 10 minutos. Tres tazas al día.

Jugo de zanahorias: 50 a 500 cc. al día. Para los niños se puede diluir en un poco de agua o leche.

Decocción (gastroenteritis) 500 g de zanahorias en 1 litro de agua. Hervir 20 a 30 minutos, triturar y añadir agua hasta completar el litro y una cucharadita de las de café de sal. Tomar como único alimento durante dos o tres días, mientras dure la diarrea.