JULIVERTOSA

cicuta  conium maculatum



JULIVERTOSA (cicuta  conium maculatum) - HIPERnatural.COM
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JULIVERTOSA
cicuta  conium maculatum
Otros Nombres:

Barroco, Julivertosa, Perejil Lobuno, Perejilón, Zanahoria de Monte.

La cicuta se halla muy extendida, y conviene saber distinguirla de otras plantas de su misma familia botánica – las Umbelíferas – a las que se asemeja: la angélica, el perejil, el apio, e incluso la zanahoria silvestre. Hay una serie de detalles que puede ayudar a identificarla:

El tallo de la cicuta posee en su parte inferior unas manchas de color rojizo o púrpura.

Las hojas son grandes y brillantes y están muy divididas.

Las flores son blancas y están agrupadas en umbelas desiguales de 10 a 20 radios.

El fruto es ovalado, de unos 3 milímetros, de color pardo verdoso y se halla surcado por repliegues.

Toda la planta despide un desagradable olor a orina.

Hábitat: se cría espontáneamente en toda Europa y América. Abunda en lugares frescos y húmedos, en las orillas de los ríos y en los bordes de los caminos.

Descripción: planta herbácea que alcanza de 30 a 150 cms. de altura, de la familia de las Umbelíferas. Su tallo es hueco y finamente estriado.

Partes utilizadas: los frutos.

Propiedades e indicaciones: todas las partes de la planta, y en especial los frutos, contienen varios alcaloides (coniína, coniceína, conhidrina y pseudoconhidrina) además de un aceite esencial y glucósidos flavónicos y cumarínicos. La coniína es el principio activo más importante de la cicuta, que se halla presente en una proporción del 2% en los frutos, y en un 0, 5% en las hojas. Se absorbe tanto por vía oral como a través de la piel, por la que penetra con facilidad. Los alcaloides son sustancias vegetales de reacción alcalina. Sus moléculas son complejas, y están formadas por carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. Sus efectos farmacológicos son muy marcados, y con pequeñas dosis ya se producen efectos tóxicos. A dosis terapéuticas, la coniína y los restantes alcaloides de la cicuta proporcionan una marcada acción sedante, analgésica y anestésica local. La cicuta ha sido utilizada con éxito para calmar:

Dolores intratables, como los producidos por el cáncer.

Dolores persistentes, como los producidos por las neuralgias.

En nuestros días, aunque disponemos de otros analgésicos potentes y seguros, también puede emplearse, pero siempre bajo control facultativo, y respetando fielmente la dosificación, para evitar efectos tóxicos.

Uso: en polvo: los frutos secos de la cicuta se trituran en forma de polvo, que se disuelve en agua; la dosis máxima tolerable para adultos es de1 gramo diario de frutos, repartido en 4 tomas de 0, 25 gramos cada una.

Para uso externo, se usa en pomada que se prepara con 1 gramo de frutos triturados por cada 9 de disolvente graso. Se usa como anestésico local en caso de neuralgias y dolores intensos. Téngase siempre bien presente que la coniína se absorbe por la piel.

Intoxicación por cicuta: la coniína es similar, en su estructura química y en sus efectos, a otro alcaloide: la nicotina, que se encuentra en el tabaco. Ambos alcaloides actúan sobre el sistema nervioso vegetativo, excitándolo primero y deprimiéndolo después. De media a dos horas después de haber ingerido una dosis tóxica de coniína, se produce ardor en la boca, dificultad para tragar, náuseas, dilatación de las pupilas y debilidad en las piernas. Si la dosis es mayor se produce parálisis muscular (como la producida por el curare) y muerte por parada respiratoria y asfixia. A pesar de todo, la conciencia no se pierde, y se mantiene la lucidez mental hasta el último momento. De ahí que los griegos eligieran este método para quitar la vida de los condenados a la pena capital.

Tratamiento de la intoxicación: en cuanto se sospeche la posibilidad de haber ingerido cicuta, se debe provocar el vómito, y a ser posible, proceder rápidamente a un lavado de estómago. Administrar purgantes y carbón vegetal. Practicar la respiración artificial boca a boca, si el intoxicado tiene dificultad para respirar. Es necesario proceder al urgente traslado del intoxicado a un centro hospitalario.